Encontrar un nombre para un producto es uno de los puntos más complicados de un proceso de branding.
En esta ocasión dada las características de la cerveza, se podría asociar de manera divertida y sencilla con un “chascarrillo” muy común.
Sin perder nunca el respeto y haciendo divertido el consumo y disfrute del propio envase hemos utilizado unos códigos elegantes y reconocidos por todos, que hacen que nuestra botella destaque por nombre y por diseño.
Ahora solo queda enfriarla y disfrutarla con amig@s.